lunes, 26 de marzo de 2012

Parece que sí, hoy es el día, llegó el momento. Tengo que escribir, ya lo considero una necesidad.
Tener una mala jornada y tal vez por eso necesitas descargar en algún lado, casualmente ése fue el fin de éste blog. 
Marzo, fines ya. Increíble como se está pasando la vida. Ya va a ser un mes desde que empezó el último primer día de clases, sí, el último. Por mas de que pase horas pensando en como va a cambiar mi vida una vez de que salga de la burbuja académica en la cual estoy metida, obviamente para bien estaría siendo el cambio en mi mente, no se me cruza por la cabeza el no volver a entrar a las 7:05 porque papá quiso evitar el tránsito loco de todas las mañanas y llegué primera, esa sensación de entrar y saludar con la mejor sonrisa aunque te cueste, o esté cerca esa directora que nunca pudiste digerir, sin embargo tenes que hacerte la simpática. A su vez está tu preceptor del año pasado que aunque a la mayoría siempre le pareció un pelotudo, vos lo bancaste desde el primer día en que te hizo reír bailando en el fogón de tu primer campamento, sea cual fuese el destino esos viajes fueron lo mejor de tu infancia, no hay duda. Por eso sonreís, porque sabes que un día mas vas a ver a esa gente que te hace sentir que tenes una historia que contar, sí, ellos que aunque haya días que no los puedas ni ver, los queres igual, por el simple hecho de venir compartiendo lo que va de tu vida. 
Prométete que no vas a dejar de ser esa que sonríe por mas de que crea que tiene mas motivos para llorar, porque solo lo crees, es evidente que no tenes motivos por los cuales lagrimear de verdad. 
Además, prométete que no vas a dejar de preocuparte por los demás solo porque ellos no lo hicieron por vos. Tampoco vas a dejar pasar por alto las pequeñas cosas que nos llenan día a día.
También vas a encontrar, o por lo menos intentar hacerlo, el fin por el cual estas en donde estas, tu razón por la cual "luchas" y vivís. 
Ahora a disfrutar, lo merezco, porque creo que hice lo que tenía que hacer y no dejé el deber por el placer. 
Olvídate de él que no te merece. No vale la pena que te estés preocupando por lo que hace o deja de hacer, se feliz con lo que tenes, que no es poco y vale! 

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